Sería un lugar común afirmar que Diego González-Boneta tiene un futuro promisorio. Pero lo cierto es que si sigue a la velocidad que va no habrá que esperar mucho para verlo en el altar de las estrellas. ``No resulta tan fácil abrirse paso en Hollywood como parece. Mucha gente ignora que aquí la competencia es mucho mayor que en México, donde si haces una novela es muy seguro que el productor te llame para la próxima'', dice el actor mexicano desde su casa de Los Angeles, donde vive con sus padres y sus dos hermanos.
``En Hollywood no importa eso; aquí hay miles de actores talentosos y con muchas ganas. Hoy día ¡hasta Meryl Streep sigue haciendo casting!'', señala. Desde que el joven se mudó a California, hace apenas tres años, ha participado en las series Pretty Little Liars, 90210, Zeke and Luther y la película Mean Girls 2, que invadirá las salas del país en el 2011.
``El reto mayor fue que me escogieran para interpretar a un americano llamado Tyler Adams --entre tantos aspirantes nacidos aquí que hubieran podido hacerlo muy bien-- después de que me habían visto en papeles de latinos'', dice al referirse a su participación en la esperada secuela de Mean Girls. ``Eso prueba el resultado de mi esfuerzo durante la etapa de preparación''.
A diferencia de ese trabajo, en Pretty Little Liars el joven interpretó el papel de Alex Santiago, un simple empleado de un club de tenis, ``un cuate normal'' que dista de ser millonario como sus protagonistas. ``Sin embargo, la recepción de los fans ha sido increíble'', cuenta entusiasmado. ``Y aunque mi personaje no canta, mi voz se escucha en una escena donde bailo Siempre tú con Spencer [Trojan Bellisario]. No fue como en 90210, donde los productores sí adecuaron el personaje de Javier Luna, un ídolo pop latino que tenía una historia parecida a la mía, para que yo cantara Siempre tú y Fade Away en inglés y en español''.
Fiel a la promesa que le hizo a sus padres, González-Boneta retomó sus estudios una vez concluida la filmación. ``Ahora estoy haciendo el cuarto semestre del college, sin mucha prisa, para tomar alguna carrera de comunicaciones o negocios. Ya no estoy en los tiempos en que grabé Código fama, que tuve una tutora durante siete años'', evoca el artista, cuyo debut en ese reality show de canto lo situó entre las promesas de la cadena Televisa con sólo 12 años, y que tras quedar entre los cinco finalistas de 40,000 aspirantes, obtuvo su primer protagónico en la serie Alegrijes y rebujos.
``La actuación fue algo nuevo para mí'', dice el joven, quien aprendió el oficio en tres meses y enseguida se vio enrolado en Misión SOS, la telenovela para la cual compuso una banda sonora que le ganó su primera nominación al Latin Grammy en el 2004 por el CD homónimo.
``En las giras que hice sentí que tenía una plataforma con el público'', recuerda el actor-cantautor, que cuando estaba a punto de comenzar a grabar su primer disco en solitario recibió una invitación del productor mexicano Pedro Damián para sumarse al elenco de Rebelde, otra telenovela sazonada con sus temas. ``Nadie puede imaginar lo que experimenté al comprobar que el público de Brasil o de Rumania ¡se sabía mis canciones!'', dice el joven al evocar el recorrido mundial que hizo con el grupo RBD una vez concluida la telenovela.
Pese a su buena racha en Hollywood, González-Boneta asegura que por nada del mundo se olvidaría de sus seguidores hispanos. ``¡Imposible prescindir de ese mercado! Ahí empecé y sería incapaz de desatenderlo'', añade el joven, a quien no le importa pasar inadvertido por los paparazzi mientras se abre paso entre los miles de actores que buscan una oportunidad en el cine anglosajón. ``Todavía falta mucho para eso. Sin embargo, el otro día uno me identificó en la calle. Eso prueba que no le fui indiferente'', dice entre risas, al tiempo que enfatiza en que lo importante es tener los pies sobre la tierra.
``Si voy a la escuela es para reunirme con la gente de mi edad; recuerda que Hollywood es una fantasía'', asevera. Y en cuanto al dinero que percibe por sus actuaciones, el actor no vacila en confesar que cuenta con la ayuda de su mamá, que fue banquera durante años.
``El dinero que gano lo invierto en mi carrera: tomo clases de actuación y de canto. Por fortuna, mi madre me enseña a cuidarlo'', revela.
¿Cuántos sueños caben en un joven dispuesto a comerse el mundo? ``¡Muchísimos! Me gustaría trabajar con Dustin Hoffman, Morgan Freeman y, si fuera posible, darle un beso de amor a Nathalie Portman en una película'', confesó. •
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